La meditación del abrazo

Cuando pensamos en meditación, rara vez viene a nuestra mente la imagen de un abrazo pues usualmente es una actividad que se hace en soledad. Sin embargo si observamos la raíz de la palabra yoga (yuj), descubriremos que una de las definiciones más comunes es la de unión y una de las actividades físicas que más nos unen unos con los demás son los abrazos. No hay nada como el abrazo de un ser querido. Abrazar es una de las acciones más curativas y liberadoras que existen. Desde un nivel científico, se ha descubierto que reducen la hormona del estrés ya que liberan oxitocina “la hormona de la felicidad y el amor”.
Abrazos atentos
Existen muchos tipos de abrazos, algunos son auténticos y otros superficiales. Hay una corriente que yo llamo la sadhana del abrazo que consiste en estar plenamente presente con la persona con quien estamos conéctandonos de corazón a corazón. No se trata de un siemple abrazo, se trata de percibir la esencia que nos une con el otro, de disolver las diferencias que nos separan, de percibir la respiración compartida y el latido universal. Se trata de decir el amor en silencio y reconocer que en el dar está el recibir.
La meditación del abrazo
En la tradición oriental no es muy común expresar el cariño o la fraternidad por medio de abrazos. Un día el maestro Thich Nhat Hanh, recibió un abrazo fraternal que lo hizo sentir tan bien que decidió incorporar la práctica de los abrazos como una forma de meditación que se puede practicar con nuestros seres queridos, un desconocido, nuestras mascotas o incluso con un árbol.
Pasos para practicar la meditación del abrazo
Reconocemos la presencia del otro
Tomamos tres respiraciones profundas para traer nuestra atención plena al momento presente
Abrimos los brazos y abrazamos al otro
Con la primera respiración somos concientes de que estamos presentes en este momento y somos felices
Con la segunda respiración, somos concientes de que el otro está presente en este momento y también nos da felicidad.
Con la tercera respiración, estamos concientes de que estamos aquí juntos, en este momento, en esta tierra y sentimos una profunda gratitud y felicidad por nuestra unión.
A partir de este momento, podemos soltar a la otra persona y expresarle nuestra gratitud.
A mí me gusta mucho practicar la sadhana del abrazo siguiendo los pasos del maestro Thich Nhat Hanh. Te invito a hacer la prueba, verás que tu mente se vuelve más tranquila, tu respiración más suave. Permite que se expanda tu amor y empatía por ti mismo y por el otro. Parece un acto muy sencillo y sin ebargo es muy poderoso para contribuir por medio de tus abrazos a crear un mundo mejor.
¡Namasté!