Karma: ¿destino o creación?

Nadie se escapa de la ley del karma. Karma es simple: de toda acción existe una reacción. Todo lo que experimentamos ahorita es un resultado de la manera en la que hemos ido tejiendo nuestra realidad.
En ocasiones el universo nos pone pruebas para ver de qué manera respondemos a ellas y no reaccionamos para vivir un camino de conciencia e ir transformando karma. El universo no lee cuadernos ni mensajitos; el universo responde a las vibraciones que emitimos conscientemente e inconscientemente. La práctica empieza cuando observas esas vibraciones y las intentas mantener en una frecuencia que enaltezca a tu divinidad y te permitan mantener un hilo fuerte, íntegro y alerta de lo que lo separa de su esencia.
Por tanto, lo que pensamos , lo que sentimos y lo que hacemos genera una vibración a la que el universo le responde a su propio ritmo y por ello hay karma instantáneo y karma que se va manifestando lentamente ya que hay aprendizajes que se dosifican con gotero y otros que caen como balde de agua fría en la cabeza para que abramos los ojos atentamente y abracemos la enseñanza oculta atrás de cada experiencia.
Por ende, lo que pasa adentro de nosotros también tiene un impacto dentro del telar de la realidad y la manera en la que vamos dando puntadas instante a instante es lo que va narrando nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.
Cuida tus palabras , cuida tus emociones , cuida tus pensamientos, cuida tus acciones e intenta que dentro de nuestro “ser humano” lo que digas, lo que pienses aunque no lo externes , lo que vibres y lo que hagas sea para contribuir desde tu dharma y esté bañado de amor. El karma no tiene una connotación negativa , el karma es lo que es. Hay veces que el aprendizaje trae magia y hay veces que el aprendizaje trae retos.
Sin embargo , siempre existe lila el juego divino y esa es otra conversación.
Después les cuento...